INTRODUCCIÓN
Cuando la
altura del muro rebasa los 10 o 12 metros, el canto del calzado es importante y
por lo tanto no es también su volumen teórico. Surge entonces el interés de
aligerar el alzado cambiando de la solución de losa maciza a la solución de
losa enervada.
La solución más lógica es la
que sitúa los contrafuertes en la zona el trasdos ya que en ella la losa
frontal funciona como cabeza de una sección en T para resistir los momentos
flectores producidos por los empujes, disponiéndose la armadura de tracción
correspondiente en el borde del contrafuertes.
La solución de disponer los
contrafuertes en el intrados, desde el punto de vista mecánico tiene peor
rendimiento, ya que la cabeza comprimida situada en los bordes de los
contrafuertes es muy escasa, salvo que se los dote de un gran espesor, lo cual
es antieconómico. Por otra parte, esta solución suele presentar problemas
estéticos, aunque cambiando las leyes de variaciones de cantos de los
contrafuertes de la lineal a otras más ceñidas a las leyes de momentos pueden
conseguirse soluciones estéticamente interesantes aunque de armado más
complicado.
Es obvio que el muros de
contrafuertes representa una solución muy ligera desde el punto de vista
estructural, pero conviene considerar los dos puntos siguientes:
- como las
diferencias de densidades del hormigón y del suelo nueve muy grande, desde
el punto de vista de la relación de B/H de base a altura y de las
dimensiones de puntera y talón.
- El importante
ahorro de hormigón que supone la solución de muros de contrafuertes, se
consigue a base de una mayor complicación de encofrado y armado y de una
mayor dificultad de hormigonado.
A la vista de los
anteriormente dicho el proyectista debe sopesar las ventajas e inconvenientes
de este tipo de solución y en la mayoría de los casos será el estudio económico
el separativo. En todo caso, a partir de los 10 o 12 metros de altura esta
solución representa una alternativa que debe ser considerada en los estudios
previos.
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